CUATRO PASOS PARA CAMBIAR TUS CREENCIAS - Adelaida Coaching
1616
post-template-default,single,single-post,postid-1616,single-format-standard,ajax_fade,page_not_loaded,,qode-theme-ver-9.1.3,wpb-js-composer js-comp-ver-4.11.2.1,vc_responsive

CUATRO PASOS PARA CAMBIAR TUS CREENCIAS

Cuatro pasos para cambiar tus creencias

28 Abr CUATRO PASOS PARA CAMBIAR TUS CREENCIAS


Todas las personas tenemos creencias porque son la base de nuestra forma de aprender a vivir. Las creencias, hablan de ti y de aquello en lo que depositas toda tu fe. Creer en algo es el resultado de haberlo vivido y haber obtenido un resultado, sea el que sea. Pero una creencia es sólo una experiencia, nada más que la consecuencia de haber vivido algo en un lugar y tiempo concreto.

La verdad es que no nos paramos a pensar que vivimos nuestra vida en base a lo que nos pasó ayer, el año pasado o hace diez años. Nos damos muy pocas oportunidades de ver el mundo y de crear nuestra vida sin filtros.

 

¿Cómo sería tu vida si cada mañana te dieras la oportunidad de sorprenderte con cada cosa que ocurre a tu alrededor?

¿Qué pasaría si pudieses vivir con la inocencia y la sorpresa con la que afronta la vida un niño de dos años?

 

Quizá no lo hayas pensado o no te hayas parado a observar a un niño o niña de dos años y su forma de vivir. A esa edad no tenemos todavía casi ninguna creencia construida en nuestra cabeza y por lo tanto, no tenemos expectativas sobre el resultado de nada. Cada cosa que hacemos, puerta que abrimos o mañana a la que despertamos es una nueva aventura. Con dos años, la única pregunta que nos hacemos es: ¡¿qué pasará ahora?!. Nuestros pensamientos son muy limpios porque no tenemos experiencias repetidas en nuestra corta vida.

Pero, a medida que pasan los año, vamos haciendo juicios sobre el resultado de nuestros actos. Y si no lo hacemos nosotras, la sociedad, la familia y el mundo en general se encargan de decirnos lo que es correcto o incorrecto. Bueno y malo. Blanco y negro.

Así, poquito a poquito, toda nuestra grandeza desaparece. Y te hablo de grandeza y poder porque eso es lo que está en nosotros de manera innata. Y esto desaparece porque dejamos de míralo y creer en él. Ver, vivir y sentir la vida con las mínimas creencias da resultados más buenos que hacerlo desde la opresión de un resultado ya consagrado incluso antes de intentarlo.

Sin resultados negativos entorno al amor o trabajo, todas la personas viviríamos más felices porque nos instalaríamos en nosotros el miedo al abandono, fracaso o soledad. Una vez activamos la creencia limitante, aparece el miedo y ahí…¡no hay éxito posible!

¡Yo estoy dispuesta a cambiar y a dejarme sorprender cada día, por lo nuevo que me puede aportar la vida! A partir de hoy te invito a que tú también te concedas el derecho a dejarte sorprender y sobretodo a no creer al 100% en todas tus creencias limitantes.

 

Pon tus creencias a prueba…

Si quieres empezar a darle oportunidades positivas a tu vida y atreverte a dejar que todo lo bueno vaya a ti, sigue estos 4 pasos y comprueba si lo que crees te aporta algo bueno.

» IDENTIFICA TUS CREENCIAS: En primer lugar debes de comprobar si lo que crees es una creencia limitante, es decir, si te está impidiendo dar lo mejor de ti porque en algún momento creíste que no era capaz, no podías, no valías o era imposible.

» ¿QUÉ TE HACE SENTIR?: Lo que te haga sentir es el mejor indicador que tienes para evaluar tus creencias. Haz el siguiente razonamiento: “Cuando creo (creencia limitante), ¿cómo me siento?”. Anota tu sentir.

» ANALIZA TU COMPORTAMIENTO: Suele pasar que ante una creencia limitante nos comportamos de maneras muy concretas. Esto ocurre porque el miedo nos hace reaccionar huyendo, paralizándonos, peleando o gritando. Pregúntate: “¿cómo me comporto cuando creo lo que creo y me siento de esa forma determinada?

» OBSERVA EL RESULTADO: Creer unas cosas u otras, te da un resultado concreto. Lo que pasa es que antes una creencia limitante, el resultado suele ser negativo. Si crees que no eres capaz de hacer un trabajo determinado, probablemente te paralizarás, te sentirás mal y el resultado será: “no hago nada”.

La pregunta final es: ¿qué consigues manteniendo esta creencia limitante?

Sin comentarios

Disculpa, los comentarios están cerrados.